Existen muchas otras anomalías de la memoria, como la prosopagnosia o incapacidad para recordar rostros; el déjà vu, sensación de haber vivido ya algo; o la hipermnesia, la cual permite recordar con todo detalle diferentes cosas. Un caso clásico de esta última, referido por el psiquiatra Taine, es el de la empleada doméstica iletrada que recitaba (aún sin comprenderlos) párrafos enteros en latín, griego y hebreo oídos a un tío suyo de pequeña. Otro caso de capacidad memorística extraordinaria es el del reportero ruso Solomón Veniamin, que podía aprender en segundos y repetir sin ningún error, de arriba abajo y en diagonal, listas enormes de cifras y palabras. Y lo más increíble, semanas, meses, incluso años después, las reproducía con toda exactitud.
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